Monday, May 27, 2013

Japonés con punto



Este fin de semana pedimos que nos llevaran Sushiitto a la casa. Al ver la bolsa y el cuidado que han puesto en definir su propia forma de diseñar los contenedores me llamó la atención. Lograron que conectara mi atención con la marca, que recordara la primera visita que hicimos recién remodelado el restaurante y por supuesto, me motivaron a que escribiera sobre la experiencia que ofrecen.

Lo que observo es que en Sushiitto van entendiendo lo que es entregar experiencias de marca. Desde hace unos meses, si no es que ya es casi un año, renovaron su imagen. Se ve el esfuerzo por manejar un concepto comunicado de manera consistente a través de las mesas, la decoración de los restaurantes, así como en la bolsa y el empaquetado de la comida que uno pide a domicilio. Esta vez no pude ver la moto, el uniforme del repartidor, ni conocer cómo provee el servicio de entrega. Me hubiera gustado verlo para ver si habían sido tan audaces de llevar hasta ahí el concepto con el que marcadamente se están diferenciando de su competencia y agregando valor a su propuesta. Aún así, me atrevo a suponer que el servicio del repartidor fue común, pues de haber sido distinto o destacado muy seguramente mi novia me lo hubiera platicado.

Este momento de experiencia me hizo reafirmar un punto que me gusta enfatizar con mis alumnos: Las marcas que ofrecen experiencias extraordinarias ponen especial atención en cada detalle con el que se construyen los momentos de la experiencia que ofrecen. En una experiencia de marca extraordinaria cada momento de servicio debe cumplir la promesa y contar la historia que surge del concepto. La historia que cuenta la experiencia finalmente es la que produce entretenimiento, es el mensaje que conecta de manera emocional con los clientes y lo que logra producir lealtad, porque uno se vuelve fan de la marca.

En Sushiito lo van comprendiendo bien y van en el camino correcto, sólo hace falta que mejoren ciertos detalles para contar mejor la historia detrás del concepto. Como sabemos, en las pequeñas grandes cosas está la clave y es como se hace la diferencia entre lo bueno y lo extraordinario.

¿o tú qué opinas?

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